Las opciones creativas son muy variadas, desde un estanque en miniatura que acompaña un rincón del jardín o una entrada, hasta un amplio y profundo espejo de agua que refleja la vida que lo rodea y nos invita a descubrir la propia.

El brillo de las piedras por las que se desliza el agua en una cascada o los juegos de agua con su sonido refrescante; la flora y fauna variadas, y sorprendentes; o el simple reflejo del agua por la mañana, son solo algunos de los múltiples placeres que nos ofrece un jardín acuático. Cuando el viento sopla sobre la superficie del estanque, cuando cielo y nubes se reflejan, cuando el agua recorre un circuito bien diseñado; la mirada descubre algo más que una estructura decorativa, casi mágico… Es esa la magia que hace posible que podamos descubrir junto a nuestros hijos el milagro de la vida con los cientos de alevines que cada año se renuevan. Es esa la magia que hace posible que entendamos junto a nuestros nietos el ciclo de la naturaleza, donde la vida comienza, se desarrolla, llega a su apogeo y se apaga año tras año en nuestro estanque.

 

Un pequeño rincón de paraíso

Es esa misma magia la que nos hace sentir cada cambio de estación, siguiendo el frenesí de incesantes aleteos en el agua en primavera, el asombro de descubrir minúsculos pececitos en verano, el ritmo que se aletarga en otoño con la caída de las primeras hojas y la quietud engañosa del invierno que solo aparenta calma para volver a comenzar.

Este pequeño rincón de paraíso está tan cerca! Una pequeña isla de quietud, un área de reunión para toda la familia; el agua nos invita a soñar, nos relaja el cuerpo y el alma, nos abre los sentidos a las múltiples expresiones de la naturaleza y crea una atmósfera particular en la que emanan sentimientos de paz y relajación junto con la belleza y la fuerza que se asocian a ella.

Un estanque con juegos de agua bien concebidos es un oasis cerca del cuál olvidamos las tensiones del día dejando vagar la mente y la mirada; es también una fuente de energía que inspira bienestar y calma.

 

Universos acuáticos

Estos pequeños “universos acuáticos” pueden ser realizados en jardines de todos los tamaños y de todos los estilos. Un jardín acuático bien diseñado permite crear un hábitat diverso para una gran variedad de animales y en particular para las carpas Koi y peces de agua fría. Elegirlos, sembrarlos, observarlos, cuidarlos y alimentarlos es ya gratificante en sí mismo, pero estas tareas encuentran un mayor sentido cuando comprobamos que nuestros protegidos nos reconocen al acercarnos, que buscan la mano familiar que cada día les acerca su comida y se arremolinan en cuanto nos ven.

Pero para disfrutar de todos estos placeres debemos poner especial atención en la concepción y construcción del estanque. Cuando diseñamos un espacio acuático no basta con saber que estilo queremos recrear ni que aspecto final queremos que tenga. Hay que considerar una serie de factores para lograr un estanque equilibrado, agradable, y sostenible en el tiempo. Se debe lograr que funcione bien desde un punto de vista ecológico y que necesite un mantenimiento mínimo.

La primera decisión a tomar, y la más importante, es el lugar de emplazamiento: el estanque será una pieza central como elemento decorativo del jardín o será un elemento más dentro del proyecto? La respuesta no solo influirá sobre su tamaño final sino también sobre su ubicación en el jardín.

En relación a su tamaño, se debe evaluar la posibilidad futura de incluir peces para lo que habrá que prever la profundidad necesaria que asegure su buen desarrollo y considerar que en el caso de querer un estanque de carpas Koi se deberá disponer de un área de nado libre con una profundidad no menor a 80 centímetros. También se calculará el volumen total contando con al menos 1 metro cúbico de agua filtrada por ejemplar.

La cantidad de horas de sol que reciba por día será otro factor determinante. El sol es indispensable para la aclimatación y el crecimiento de las plantas; muchas de ellas y sobre todo las especies flotantes necesitan condiciones de luz y calor para prosperar, así como otras lo necesitarán para florecer. Por otra parte un exceso de luz solar provocará un desarrollo excesivo de algas que complicará el mantenimiento.

Un factor decisivo para el equilibrio ecológico será el cuidado con el que se elijan las plantas, su compatibilidad y su cantidad. Las condiciones óptimas se alcanzan cuando las zonas húmedas o inundadas de los bordes, tan importantes en el proceso de regeneración del agua, ocupan una superficie equivalente a la de las aguas profundas. Si no se cuenta con estas zonas marginales conviene suplirlas por sistemas de filtración, recirculación y aireación.

Arturo Ossorio Arana:
Ing. en Producción Animal
Especialista en piscicultura, con estudios de perfeccionamiento realizados en Argentina, EE.UU., España y Taiwán. Actualmente asesora y presta servicios en lagos y lagunas para uso comercial, turístico y deportivo.