Se debe tener bien claro los fines que tendrá el lago a construirse o recuperarse. Su finalidad influirá en el diseño inicial, en su funcionamiento posterior y en la intensidad de manejo que demandará.

Hay pocos lugares recreativos que puedan brindar tal diversidad de usos y beneficios, que sean tan útiles. Lamentablemente muchos de los lagos y lagunas construidas están subutilizadas, mal administradas y manejadas ineficientemente. El dinero gastado, en realidad invertido, en espacios recreativos se utiliza fundamentalmente para construir piletas de natación, canchas de tenis, campos de golf, etc. Recientemente se ha comenzado a pensar más en lagos o lagunas que pueden brindar tantos momentos inolvidables e incomparables a frentistas, usuarios y visitas. Cuantos momentos de diversión, relax y placer se ganan.

Al igual que otros sectores recreativos, las lagunas requieren cuidados y un mantenimiento acorde con su uso. Sin embargo los administradores y encargados, con conocimientos y experiencia en paisajismo, céspedes, suelos y control de plagas, usualmente cuentan con conocimientos limitados o sesgados sobre el cuidado necesario para una laguna. Los cuidados rutinarios suelen limitarse a la recolección de la basura de sus costas, a la siembra ocasional de algunos peces, y a realizar titánicas campañas periódicas de control de malezas o algas, cuando ya es muy notable el descontrol y las quejas de los usuarios.

La mayoría de los mantenimientos suponen que la naturaleza se encargará de la laguna, que de alguna misteriosa manera, “ya encontrará su equilibrio”. Y es cierto, ella se encarga a su manera, encontrando un estado de equilibrio. Aunque éste no sea el que se busca de acuerdo a su uso. Al igual que un terreno o parque abandonado al simple cuidado de la naturaleza, una laguna sufrirá una serie de cambios. Se irá llenando de excesos de vegetación y algas, se colmatará de sedimentos y perderá profundidad, el oxígeno podrá ser escaso y se producirán mortandades de peces, habrá poca vida acuática y peces. Este proceso se denomina “eutrofización” y es causado por la creciente presencia de nutrientes en el agua, o sea una mayor fertilidad del agua de la laguna. En un ambiente natural esta transición de laguna a pantano llevaría siglos. Sin embargo la eutrofización es muy acelerada en ambientes con ingreso masivo de nutrientes debido a la acción del hombre. Esto ocurre por lavado de fertilizantes de parques o campos de cultivos, o drenado de aguas contaminadas o sépticas, o por arrastre de sedimentos.

 

Lo que para un lago natural puede ser tolerable no suele serlo para lagos privados. Estas razones hacen imperativo tomar medidas habituales para proteger, manejar, y en algunos casos renovar totalmente a una laguna, antes de que pierda totalmente su valor bajo toneladas de malezas acuáticas y sedimentos.

El uso deseado, la localización, la metodología de construcción y el estado actual de una laguna, determinarán el grado de mantenimiento y manejo que haya que proporcionarle. Al diseñar un plan de manejo, se deben tomar en cuenta factores como restricciones físicas y tecnológicas, limitaciones de presupuesto, de equipamiento y de mano de obra. Lo importante es tener claro que en todo presupuesto global de un emprendimiento que tiene un lago o laguna, siempre se deben incluir los costos del mantenimiento rutinario de estos cuerpos de agua, y el mismo debe estar adecuado a su uso y finalidad.

 

Al examinar una laguna no hay que tener una visión estrecha de lo que en ella ocurre, simplemente observando su superficie. Algunos de los problemas recurrentes se pueden estar gestando o desarrollando FUERA de esta. Los problemas de calidad de agua suelen tener allí su origen. Unos pocos pesos invertidos sabiamente en estrategias de control de erosión e ingreso de sedimentos pueden ahorrar fuertes sumas de dinero y grandes dolores de cabeza en el futuro. Se debe implementar y controlar la correcta fertilización, evitar la erosión costera y el ingreso de nutrientes, establecer vegetación ribereña adecuada al uso, plantar especies adecuados de árboles a cierta distancia del agua, etc.

DENTRO de la laguna misma. Es habitual que el equipo de mantenimiento de áreas verdes no sea muy propenso a “mojarse los pies” o sus seguros no cubren estos riesgos. Por lo que el problema de control de malezas y algas sea el “gran problema” que deben enfrentar quienes tienen a su cuidado estos lugares. Las malezas acuáticas deslucen y desvalorizan estos ambientes y muchas veces la inhabilitan para el uso que se le quiere dar (pesca, remo, natación, etc.). La respuesta de los usuarios a estos problemas suele ser muy enérgico. Se asocia el exceso de vegetación a contaminación o desidia de los responsables. Los usuarios y visitantes acostumbrados a nadar en piletas de natación mantenidas artificialmente, tienen muy poca tolerancia a la presencia de malezas acuáticas.

Esta vegetación indeseable también molesta a pescadores deportivos, dificulta el riego, desbalancea la población de peces, y dificulta la realización de deportes náuticos. Es útil saber un poco sobre la naturaleza de estas malezas acuáticas. Estas plantas, al igual que las terrestres, necesitan luz solar, nutrientes y agua para prosperar. Cuentan con una serie de adaptaciones que les permiten sobrevivir en un medio acuático y colonizarlo. Sus hojas y tejidos tienen pequeñas cámaras de aire para permitirles flotar. Muchas de estas plantas, tienen unas estructuras florales especiales que permiten que
puedan polinizarse en la superficie. Tienen la habilidad para extraer nutrientes directamente del agua circundante, además de hacerlo desde el fondo si se encuentran arraigadas a él. Poseen un sorprendente ritmo de crecimiento y suelen reproducirse tanto por semillas como vegetativamente por pedazos desprendidos y arrastrados por la corriente. Básicamente los dos factores que determinan el crecimiento de estas malezas son la disponibilidad de nutrientes y la profundidad de penetración de luz solar en el agua.

 

Es un hecho que la mayoría de las lagunas ofrecerán ambientes propicios para que desarrollen malezas acuáticas, por lo que es importante contar con un plan de monitoreo y control de estas.

El control puede realizarse mediante extracción mecánica, con tratamientos químicos, usando mé
todos biológicos o usando una mezcla racional de estos tres métodos. Cada sistema cuenta con ventajas y desventajas, por eso es recomendable realizar un
control integral del problema, aprovechando las ventajas de cada sistema. El éxito de un plan se basa en contar con un profundo conocimiento de las malezas, de cada una de las especies, contar con los equipos necesarios y el personal entrenado para realizar los trabajos.

 

El control mecánico es caro y suele brindar soluciones pasajeras. El crecimiento de las plantas suele obligar a repetir frecuentemente los tratamientos. Es el sistema casi obligado en ambientes delicados y pequeños como estanques o pequeños lagos. Al utilizar este método se debe tener en cuenta que se debe retirar un gran volumen de material que hay que depositar previamente en un lugar conveniente, generalmente lejos de donde se extrajo, para evitar malos olores y antiestéticos montones de plantas en putrefacción.

 

Los controles químicos, deben minimizarse, y deben aplicarse sólo productos certificados para uso acuático y adecuados para la flora y fauna locales. El método de aplicación debe ser tal que asegure evitar un serio impacto ambiental como las consecuentes mortandades de peces y aves. Se debe tratar solamente el área donde las malezas se encuentran fuera de control, evitando incorporar innecesarias cantidades de agroquímicos al ambiente. Algunos de estos productos pueden producir una inhabilitación temporal del agua para ciertos usos como natación, riego, bebida, etc. Este período debe ser respetado e informado a los usuarios.

 

Los métodos biológicos se basan en la utilización de enemigos naturales de las malezas y algas. Este sistema se encuentra bien desarrollado y es de alto costo inicial pero económico a largo plazo. El efecto suele ser lento y pueden pasar varios años hasta notar un efecto significativo en el ambiente.

Debe tenerse en claro el concepto de “Programa de recuperación y/o mantenimiento de lagos y lagunas”. Al igual que con otros predios deportivos o recreativos, los cuerpos de agua requieren un manejo y un mantenimiento adecuado. Esto es importante para que siempre sean esos ambientes maravillosos que brindarán tanta utilidad y tantas satisfacciones.

Arturo Ossorio Arana:
Ing. en Producción Animal
Especialista en piscicultura, con estudios de perfeccionamiento realizados en Argentina, EE.UU., España y Taiwán. Actualmente asesora y presta servicios en lagos y lagunas para uso comercial, turístico y deportivo.